América Latina y el Mundo en el Siglo XIX: El imperialismo
América Latina y el Mundo en el Siglo XIX: El imperialismo
Europa como eje del mundo
Desde mediados del siglo XIX, Europa se consolidó como el centro de desarrollo y progreso económico, político y cultural del mundo.
Francia y el segundo Imperio
En 1851 el presidente de la república Luis Napoleón Bonaparte dio un golpe de estado, se proclamó emperador con el nombre de Napoleón III e instauró el segundo imperio.
El régimen bonapartista se caracterizó por ser un liberalismo autoritario y contradictorio. Su prestigio se basó en la herencia dinástica y en una política exterior agresiva y militarista.
Entre 1851 y 1870, Napoleón III intervino en todas las crisis de las grandes potencias:
- 1854 y 1856, guerra de Crimea
- 1859, intervino en Italia
- 1861 y 1867, intentó establecer en México un imperio satélite del francés, ponía las bases para la expansión francesa en Indochina.
- 1866, apoyó a Prusia contra Austria.
La tercera república francesa
Francia se consolidó como la única potencia republicana del continente europeo no sin antes pasar por una serie de procesos políticos y sociales:
- La comuna. En marzo de 1871 los trabajadores establecieron la Comuna de Paris como forma de gobierno y obligaron a huir a quienes negociaron la paz con los alemanes.
- La izquierda y la Derecha. Dentro del país se consumaba la división entre la izquierda republicana y laica y la derecha clerical y autoritaria.
- Política exterior. La diplomacia alemana aisló a Francia hasta 1890. Al mismo tiempo los franceses expandían sus colonias.
El Reino Unido en la era victoriana
Desde 1837 hasta 1901, durante el reinado de Victoria I, el
Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda alcanzó su máximo poderío.
Al principio del reinado la hegemonía británica era indiscutible en lo concerniente a la industria y la marina; sin embargo, al final del siglo surgieron serios competidores como Estados Unidos, Alemania y Japón. Esto los obligó a abandonar su "aislamiento".
Formación de otros imperios
Imperio austro-húngaro
En 1848 subió al trono el emperador Francisco José I, quien tuvo que enfrentar diversos problemas internos por las influencias separatistas debidas a razones étnicas, culturales y religiosas. Con la firma del compromiso en 1867, el emperador pretendía dividir el Imperio en dos reinos. Los problemas continuaron, dado que otras nacionalidades estaban interesadas en obtener el poder imperial. Estos enfrentamientos causaron la pérdida de gran parte del norte de Italia. Además las ideas expansionistas sobre los Balcanes generaron un enfrentamiento con el imperio turco.
Imperio turco-otomano
La diversidad étnica, religiosa y cultural caracterizó al imperio turco. En 1876 se organizaron los Jóvenes Turcos contra el sistema absolutista y dieron un golpe de Estado para fundar un gobierno liberal. Los movimientos nacionalistas continuaron y finalmente en 1980, el sultán fue derrocado.
La Alemania bismarckiana
En 1871, el imperio alemán se consolidó como un Estado liberal y federal, con un amplio crecimiento económico se convirtió en una gran potencia hegemónica de Europa. Con el liderazgo del canciller Otto Von Bismarck, Berlín se convirtió en el centro político más importante de la diplomacia europea.
La política exterior de Bismarck se enfocó en el desarrollo de alianzas, que consistía en implementar tres etapas:
- Primer sistema bismarckiano (1871-1879) se caracterizó por la influencia alemana, se firmó dos acuerdos en 1873 (germano-ruso y austro-ruso) y posteriormente, la formación de la Entente de los Tres Emperadores (Alemania, Austria y Rusia)
- Segundo sistema bismarckiano (1879-1885) considerado el período de la plenitud del sistema, se desarrollo un proceso de rearme, denominado la paz armada.
- Tercer sistema bismarckiano (1885-1893) se destacó por los varios enfrentamientos entre naciones por desacuerdos territoriales el alejamiento de Rusia de las propuestas de Alemania y un acercamiento a Francia. Culminó con la firma de la triple Entente entre las potencias de Francia, Gran Bretaña y Rusia.
La paz armada
En 1888 Guillermo II de Alemania se convirtió en el último emperador de este país. El Káiser se alejó del sistema bismarckiano de alianzas e impulsó la Weltpolitk o política mundial.
Las firmas de tantas alianzas en Europa y la nueva política expansionista alemana, provocaron una carrera armamentista entre 1905 y 1914. A esto se le llamó la paz armada.
El imperio ruso, una potencia no europea
Rusia mantuvo su estructura política, social y económica al margen de las corrientes liberales y burguesas que se estaban desplegando en Europa. El imperio ruso era un gigante territorial y demográfico. Allí se vivían las siguientes situaciones:
- Políticamente dirigida por la dinastía Romanov. El poder absoluto descansaba en el zar y la iglesia ortodoxa.
- Social y económicamente, era un Estado atrasado y rural, que no había llevado a cabo la revolución industrial.
El zar Alejando II inició reformas liberales para industrializar Rusia; estas reformas no fueron bien recibidas por un grupo de radicales, que terminó asesinándolo en 1881. Su sucesor Alejandro III (1881 - 1894), implemento la policía política. Luego Nicolás II (1894 - 1917) continuó la labor represiva de la rusificación, la cual se encargó de reprimir a todas las personas que participaron en el movimiento liberalizar de esta gran nación.
El nuevo Japón
La única gran potencia imperialista de origen no europeo, en el siglo XIX, Fue Japón. Estuvo aislado del exterior, pero en 1853 fue obligado a abrir sus puertos, con concesiones comerciales lideradas por el estadounidense Matthew Perry.
Esto provocó enfrentamientos internos, la disolución del régimen de Shogunato y el surgimiento del poder imperial.
Japón abandonó el feudalismo y se industrializó. Construyó una potente flota y empezó su expansión hacia China y Corea.
El imperio japonés inició un importante desarrollo militar, creó una administración provincial y estableció una constitución con dos cámaras una para la nobleza y otra para diputados elegidos por sufragio.
Otra importante estrategia fue promover la formación de profesionales en universidades europeas, para que aportaran sus conocimientos al desarrollo del país.
El nuevo imperialismo
Se desarrolló entre 1850 y 1950 y favoreció el crecimiento económico de las grandes metrópolis, gracias a la explotación de materias primas y manufacturas de las colonias imperiales. Desde el siglo XV los europeos venían construyendo grandes imperios coloniales sobre todo en América.
Sólo a partir de 1870 los imperios alcanzaron su apogeo y aseguraron el dominio económico y cultural. En 1884, se efectuó el Congreso de Berlín, que reunió en un sólo lugar a 12 representantes de los Estados europeos más Estados Unidos.
Causas económicas del imperialismo
La revolución industrial proporcionó a los europeos los medios necesarios para afianzar su poder sobre toda la humanidad, gracias a su superioridad técnica, organizativa y económica. Se presentaron importante motivos económicos que impulsaron la expansión colonial:
- Las colonias suministraban a las metrópolis materias primas y mano de obra para extraerlas.
- Los europeos, dueños del 60% de las reservas de oro de todo el mundo, buscaban territorios para invertir su capital.
- Estados soberanos, como los chinos y otomanos, adeudaban grandes capitales a los europeos. Europa era como un inmenso banco.
Factor demográfico
Entre 1850 y 1914, la población blanca europea aumentó en un 75%, pese a la emigración hacia ultramar. Algunas colonias absorbieron buena parte del exceso de población. Canadá o Australia a británicos, Argelia a franceses y Cuba a españoles. La mayoría de emigrantes europeos se asentaba en antiguas colonia ya independientes, como Estados Unidos, Brasil o Argentina. Las sociedades resultantes se convirtieron en exportadoras de alimentos y materias primas.
Las motivaciones políticas
Al imperialismo le impulsaron diversos motivos políticos:
- Algunas colonias estaban en una situación estratégica que permitía el dominio de las rutas marinas, como los enclaves británicos de Gibraltar, Malta o Adén.
- La posesión de un imperio era condición para acceder al estatus de gran potencia.
Entre 1870 y 1890, la escalada imperialista llevó al reparto de los territorios susceptibles de colonización. Cuando estos territorios se agotaron creció la tensión internacional, se generó crisis militares entre las potencias, preludio de la primera guerra mundial.
Comentarios
Publicar un comentario