América Latina y el mundo en el siglo XIX: Avances de la Industria y de la Ciencia

América Latina y el mundo en el siglo XIX: Avances de la Industria y de la Ciencia

La segunda mitad del siglo XIX

Tres fueron los tipos de producción que se sucedieron durante la segunda mitad del siglo XIX en los países latinoamericanos:

1. Exportación de productos agropecuarios de clima templado, cosechados en Argentina y Uruguay.
2. Exportación de productos tropicales explotados en Brasil, Colombia, Ecuador, América Central y países del Caribe.
3. Extracción de minerales en México, Chile, Perú y Bolivia.

La función de la tierra

Extensos territorios fueron entregados a particulares y empresas comerciales, las cuales desarrollaron plantaciones para la agricultura de exportación. Estas prácticas promovieron en algunas zonas la concentración de tierras y minas, grandes haciendas fueron parceladas con la finalidad de darles un uso más eficiente. También se expropiaron las propiedades eclesiásticas y los resguardos indígenas para volverlos productivos. Todo ello permitió la consolidación de grandes latifundios, que posteriormente darían paso al proceso de industrialización.

La economía latinoamericana en el siglo XIX

Los países latinoamericanos se insertaron en el mercado mundial mediante la producción y exportación de materias primas que permitían el funcionamiento de la naciente Europa industrializada.

• Argentina: Experimentó una gran apertura a partir de los productos derivados de la ganadería y los cereales con destino a Europa, principalmente a Gran Bretaña. A finales de la  década de 1870, se amplió la exportación de cereales como trigo, maíz, avena, centeno y cebada.
• Chile: Desde mediados del siglo XIX, las empresas nacionales lideraron la exportación de su principal producto, el cobre. Cuando los ingresos del cobre caían, los recursos del país se mantenían con productos como trigo, lana, carne de carnero, plata y estaño. Otro sector importante de la economía fue la exportación de nitratos que se utilizaban como fertilizantes.
• Brasil: desde 1870, experimentó un auge en la exportación del café, gracias a la abundancia de tierras y al clima apropiado. Este producto representó el 70% de los ingresos del país en la década de 1890. Cabe señalar que la principal exportación del país, era azúcar, que fue relegada a segundo plano ante la producción del café. La mano de obra de las plantaciones era principalmente mano de obra esclava, que con la abolición de la esclavitud en 1888 se ve reemplazada por la llegada de miles de inmigrantes europeos. Posteriormente se produjo el “boom” del caucho provocando prosperidad y desarrollo en las regiones del norte. También se explotó otros productos agrícolas como tabaco, algodón y cacao.
• México: Tuvo gran éxito gracias a sus recursos, a su ubicación geográfica, debido a los bajos costos de transporte y a las medidas tomadas por el gobierno de Porfirio Díaz. Con Porfirio Díaz se restableció la paz. pero no hubo democracia. Organizó el país, pero restauró los privilegios y permitió la prolongación del feudalismo. Estimuló el comercio, construyó ferrocarriles, saldó las deudas de la Hacienda Pública y creó las primeras industrias modernas, pero abrió sus puertas al capitalismo anglosajón. Promovió el progreso, la ciencia, la industria y el libre comercio. Sus ideales fueron los de la burguesía europea: los intelectuales asumieron la filosofía positivista europea de progreso y los poetas y los pintores imitaron a los artistas franceses y la aristocracia mexicana se convirtió en una clase urbana civilizada y culta. Los principales productos de explotación fueron la plata y el oro. Otros productos menores como cobre, caucho, cueros, plomo, maderas, frutas y tabaco dependían de los precios internacionales.

La sociedad Latinoamericana en el siglo XIX

La sociedad Latinoamericana, a mediados del siglo XIX, tuvo cambios en su estructura, relacionados con la apertura económica al formar parte del mercado capitalista mundial. Se constituyó la nueva élite mercantil y se generó una sociedad de clases.

→Cultura y vida cotidiana en América Latina

Las ideas filosóficas que influyeron en la ideología de las nuevas élites del siglo XIX fueron tres: Los principios de la Ilustración, las ideas evolucionarias de Charles Darwin y el positivismo ligado al concepto de progreso.

→Ideas Filosóficas: La Ilustración

El latifundio y la burguesía

¿Continuidad o transformación?

A partir de mediados del siglo XIX, las nacientes repúblicas se enfrentaron al gran dilema de si mantenía o transformaban el modelo de la estructura social colonial, basado en la sociedad estamental.

En esta nueva clase social predominaron las relaciones de producción de tipo capitalista que traían consigo el ascenso de la sociedad urbana y la adopción de ideas de la burguesía.

Pensamiento científico y social del siglo XIX

A mediados del siglo XIX el pensamiento racional brillaba con gran esplendor en toda Europa.

·       Los principios culturales y científicos de la ilustración eran vivenciados en las prácticas  cotidianas de la burguesía.

·       Los avances en la ciencia y la tecnología fortalecían cada vez más la naciente industria.

·       Se hacía descansar sobre la ciencia el conocimiento de la naturaleza y de la sociedad.

Muchos científicos desarrollaron sus teorías:

·         Sobresalieron los estudios sobre la evolución de Charles Darwin.

·         El positivismo de Augusto Comte.

·         El materialismo histórico de Karl Marx.

·         El desarrollo matemático de Sonia Kovalévskaya.

El darwinismo y la teoría de la evolución

El positivismo y Auguste Comte

Fue el creador de una corriente de pensamiento social denominada positivismo. Su aporte fundamental fue la ley de los “Tres Estados”, según el cual el conocimiento pasaba ordenadamente por los momentos teológico, metafísico y científico o positivo. Según Comte, el fin último de la investigación científica era la formulación de leyes universales, la física y la química habían alcanzado el estado de ciencias positivas.

Marx y el materialismo histórico

El pensador alemán Karl Marx construyó un sistema filosófico y político al servicio de la transformación de la sociedad. Consideraba que las relaciones de producción eran las que explicaba la forma como estaba organizada la sociedad, la cual desde su perspectiva estaba divida en clases sociales: por un lado, los propietarios de los medios de producción y por el otro la clase obrera o proletaria.